Psalms 115

115:4-11Sal 135:15-20

1La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros, sino para tu nombre,
por causa de tu gran amor y tu fidelidad.

2¿Por qué tienen que decirnos las naciones:
«Dónde está su Dios»?
3Nuestro Dios está en los cielos
y puede hacer todo cuanto quiere.
4Pero sus ídolos son de plata y oro,
producto de manos humanas.
5Tienen boca, pero no pueden hablar;
ojos, pero no pueden ver.
6Tienen oídos, pero no pueden oír;
nariz, pero no pueden oler.
7Tienen manos, pero no pueden palpar;
pies, pero no pueden andar.
Ni un solo sonido emite su garganta.
8Semejantes a ellos son sus hacedores
y todos los que confían en ellos.

9Pueblo de Israel, confía en el Señor;
él es tu ayuda y tu escudo.
10Descendientes de Aarón, confíen en el Señor;
él es su ayuda y su escudo.
11Los que temen al Señor, confíen en él;
él es su ayuda y su escudo.

12El Señor nos recuerda y nos bendice:
bendice a su pueblo Israel,
bendice a la familia de Aarón,
13bendice a los que temen al Señor,
bendice a grandes y pequeños.

14Que el Señor multiplique la descendencia
de ustedes y de sus hijos.
15Que reciban bendiciones del Señor,
él hizo el cielo y la tierra.

16Los cielos pertenecen al Señor,
pero a la humanidad le ha dado la tierra.
17Los muertos no alaban al Señor,
ninguno de los que bajan al silencio.
18Somos nosotros los que alabamos al Señor
desde ahora y para siempre.

¡Aleluya!
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